lunes, 2 de agosto de 2010

EN MES Y MEDIO...


Se anuncia la llegada de un ejército de poetas.
¿Traen lanzas?
Señor, he dicho poetas y llegarán a mediados de Septiembre. Los poetas, que yo sepa, acuden en son de paz.
No hay que fiarse, amigo Sancho. Mira que nuestro padre, Don Miguel, hace mucho que no escribe y las plumas han podido volverse flechas.
No tema, Señor. No tema. Estas gentes llegarán, visitarán nuestra ciudad, leerán sus versos y terminadas las emociones, se acompañarán de manjares y buen vino.
¿Decís manjares y buen vino? ¿Los poetas?
¿Por qué no, caballero?
En los tiempos en los que fuimos tinta, amigo Sancho, los poetas saciaban sus barrigas de sobras del señor.
Eran otros tiempos y no del todo cierto, si me permite opinión contraria. Es ahora cuando los poetas, me parece, no comen de su letra.
Dejémonos de paparruchas. ¿Qué me dices sobre ellos?
Ya es la tercera vez que se reúnen y nos toca ser sus anfitriones.
Bien. Serán recibidos como se merecen siempre que sus fechorías… Prepara, por si sucede, mi armadura y cepilla a Rocinante.
¿Rocinante? Señor, su caballo murió. ¿No lo recuerda? Envistieron a un molino eólico y con las pocas carnes que el corcel tenía…
Pues tu asno, ¡so pollino!
Qué no hay peligro. Aunque sean muchos, leerán uno o dos poemas cortos, de esos que duran un par de minutos y al terminar llenarán sus barrigas y cada uno a sus aposentos. Aunque, bien es cierto, que se anuncian sorpresas y no sabemos de que tratan…
Sancho, hablemos con Don Miguel y… lo que él nos diga. De momento, que mantengan abiertas tabernas y paradores...

11 comentarios:

  1. ¡ Cómo me gustan las sorpresas!
    Hmmm.
    Mil gracias, don Jesús.

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  2. -¿Poetas? Los poetas siempre han sido peligrosos,
    piensan, sueñan... y esas cosas nunca han sido buenas.
    -No, mi hidalgo señor, los poetas aunque son soñadores, jamás fueron peligrosos, se limitan y encierran en sus ensoñaciones...
    -¿Estás enfermo, Sancho? ¿Aún no has digerido la pata de cordero que te metiste para el coleto en el Mesón del Segoviano?... Ya te dije una y mil veces, y ahora vuelvo a repetirte, que comas poco y cenes más poco, que la salud de todo cuerpo se fragua en la oficina del estómago...

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  3. Las sobras del señor no son de desdeñar, quia.
    Las sorpresas miedo me dan.

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  4. ¿Sorpresas? Bien !!!

    ¿¿¿¿Y habrá tarjetitas para identificarnos???
    Siempre que lo he visto en una peli me ha hecho ilusión...jajaja...

    Besos agradecidos a los organizadores.

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  5. Buena invasion esa de poetas es la que hace falta en este Madrid.
    Saludos

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  6. Entro de pura casualidad y me encuentro a Eduardo aquí... y acabo de escribirle un correo ¿? Casualidades de la vida... poética de la vida?
    Ya queda menos. Sin prisas... que llegará: PAQUITA -buena noche-

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  7. ¡Muy bueno! Sr. Arroyo, me ha dado mucha risa cuando he leído lo de los molinos eólicos, porque siempre dije cuando empezaron a abundar que qué hubiera dicho D. Quijote de ellos si hubiera "vivido" en nuestra época... De hecho pensé alguna vez en escribir algo imaginándome la situación.
    Has tenido una idea muy tuya y muy genial con este diálogo quijotesco en el cual andamos mezclados ciertos poetas. No podía ser de otra manera acudiendo a tierras cervantinas.
    Muchas gracias, amigo Jesús. Y un beso grande.

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  9. Mal asunto, Sr Arroyo..Los poetas disparan flechas, los incautos los llaman "versos"..Y quien vé en el poeta un ser tranquilo,amante de la paz y del sosiego no es consciente en modo alguno de los peligros que acechan..
    Mucho me temo que en esta ocasión serán terribles "gigantes" más que inocentes "molinos" lo que afrente Don Quijote

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  10. ¿Cómo es que me había perdido yo esta entrada de don Quijote y Sancho Panza?

    Seguro que don Miguel tiene a bien que no falte de nada.

    ¿Un par de minutos dices, por cada poema? Pues, o me sobran segundos o me faltan letras.

    Besitos a todos

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  11. Estos poetas tienen MUUUUCHO peligro, espero que Don Miguel les de buenos consejos para que sean benévolos con ellos.
    Una entrada muy "ingeniosa", tanto como el hidalgo Don Quijote, me ha encantado.
    Besos, Jesús.

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